tomado de: elolfato.com
Los alcaldes de Manizales e Ibagué, Jorge Eduardo Rojas y
Luis H. Rodríguez, llegaron a sus cargos en el año 2012 con un problema
similar: la inestabilidad en la prestación del servicio de agua potable.
Ambas ciudades han enfrentado la furia de la naturaleza y
sus sistemas de acueducto han sido afectados por avalanchas y derrumbes. Aguas
de Manizales tiene 140 mil usuarios y el IBAL cerca de 121 mil.
Jorge Eduardo Rojas, alcalde de Manizales, se posesionó en
un momento crítico. La capital de Caldas estuvo 17 días sin agua, en octubre
del año 2011, porque una avalancha arrasó con la tubería que conducía el agua
desde la bocatoma hasta la ciudad.
Mientras tanto, el alcalde de Ibagué, Luis H. Rodríguez,
quien llegó al cargo después de 12 años de campaña y dos elecciones fallidas,
tenía entre sus prioridades resolver los problemas de continuidad en el
suministro del vital líquido.
Hoy, faltando ocho meses para que ambos alcaldes terminen
sus periodos de gobierno, Manizales resolvió el problema e Ibagué no.
¿Qué hizo Manizales?
ELOLFATO.COM habló durante 25 minutos con el alcalde de
Manizales, Jorge Eduardo Rojas, un ingeniero civil de 42 años, que vivió en
Ibagué hace 17 en el barrio Casa Club, cuando iniciaba su vida profesional.
El problema de Manizales era que solo tenía una planta de
tratamiento de agua que garantizaba el suministro al 100% de la ciudad.
Rojas cuenta que desde el primer día de su mandato comenzó a
estructurar una solución de fondo a la problemática, consiguió los recursos y
ejecutó obras que permitieron reducir la vulnerabilidad del sistema de
acueducto de la capital de Caldas.
Su administración invirtió $90 mil millones, de los cuales
$80 mil millones los puso la misma empresa Aguas de Manizales. Los $10 mil
millones restantes los aportó la Nación.
“Nosotros reforzamos todo el sistema, desde la bocatoma
hasta las plantas de tratamiento. Reforzamos las redes, hicimos muros de contención
y levantamos la tubería de las zonas de riesgo”, explicó.
Manizales necesita una producción 1.200 litros por segundo
en ‘horas pico’ para garantizar el suministro a sus 140 mil usuarios, pero solo
una de sus dos plantas de tratamiento podía atender esa demanda.
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